miércoles, 21 de abril de 2010

LOS INSTRUMENTOS EN LA EDAD MEDIA


Los principales instrumentos conocidos en la edad media todavía se usaba en los tiempos de los capetos; otros aparecieron después del siglo X.

Organos: Bizancio fue el primer centro de fabricación de órganos en la Edad Media, y allí si duda se construyeron los primeros órganos neumáticos, que sustituyeron a los hidráulicos. Al menos, un instrumento de este tipo está representado por primera vez en un obelisco bizantino. Desde Constantinopla se exportan los órganos a todo el imperio, e incluso a Oriente. En adelante, se fabrican en Occidente: en España, desde el s. V, y en Inglaterra, a partir del año 700.
La ejecución de estos instrumentos era bastante rudimentaria. Una serie de tablillas correderas, que servía de teclado, permitía introducir el aire de una máquina neumática en los tubos de cobre o de bronce perpendiculares con teclas corredizas; cada tecla podía hacer hablar a uno o varios tubos simultáneamente. Al menos desde el siglo X hubo órganos de pequeñas dimensiones “positivos” (para poner sobre un mueble); en el siglo XII se construirán “portables”. A partir del siglo XIII, los tubos se reparten en “juegos”, de una a diez filas. Se introduce el instrumento en las iglesias; pero, según el testimonio de Ailredo, abad de Rievaulx, los fuelles hacen tanto ruido que el sonido del órgano “más evoca el estampido de los truenos que la dulzura de las voces”.
Arpas, liras, salterios: Las denominaciones medievales son con frecuencia muy confusas. Las palabras cythara, rote, rotta o chrotta pueden designar un arpa, una lira con arco, un salterio; sucede que la lira se bautiza como arpa o psalterium… o que el monocordio “¡tiene 19 cuerdas!”.
No obstante, la iconografía permite distinguir tres tipos de instrumentos de cuerda sin mástil o mango, y otro instrumento especial:
1. Las arpas se reconocen por su forma aproximadamente triangular y por sus cuerdas de longitud desigual, tensas en un plano perpendicular al cuerpo sonoro, entre éste y una consola que lleva las clavijas. El arpa pequeña portable y sin duda venida de Irlanda con los monjes irlandeses, todavía es el emblema heráldico de este país. Desde el s. IX, los juglares acompañan con ella sus relatos, y la nueva nobleza feudal aprende a tocarla. Pero, a pesar de su contínua aceptación, no parece que el arpa haya suscitado un repertorio específico antes del siglo XVI.
2. Las liras se asemejan a las cítaras antiguas hasta el s. XI. Las cuerdas de igual longitud, se tensan entre un clavijero y una consola transversal, paralelamente al cuerpo sonoro. La lira y el arpa están claramente diferenciadas en un manuscrito del siglo XII, en la que el arpa se llama cythara anglica, y la lira, cythara teutonica.
3. El salterio, que aparece en el siglo XII, en una escultura de la catedral de Santiago de Compostela, se compone de una caja de resonancia, plana, de forma generalmente trapezoidal, sobre la que se tensa un número de cuerdas muy variables, de longitudes desiguales.
4. El monocordio se menciona con frecuencia en la edad media. En su origen, es un intrumento científico, destinado a la evaluación de los intervalos. Un caballete móvil que se desplaza a lo largo de una escala graduada permite medir la longitud de la cuerda que corresponden a los diferentes sonidos para una misma tensión.
Laúdes, guitarras y violas: Los instrumentos de cuerdas con mástil existen en Europa desde la Alta Edad Media. Sus denominaciones se confunden a menudo con las correspondientes a instrumentos sin mástil, en el mismo desorden y la misma imprecisión. La iconografía sigue siendo la mejor fuente de información:
1. El laúd, en la forma que el renacimiento hizo famoso, no fue introducido en Europa sino hasta el siglo XII. Lo introdujeron los moros con su nombre árabe.
2. La guitarra, curiosamente, ha tomado su nombre de instrumento de la antigüedad que no tenían mástil. Desde el siglo XI o el XII se presenta bajo dos formas: la guitarra morista, que Machaut llama “moracha” y no es otra cosa que un laúd o una bandola, y la guitarra latina, que es aproximadamente la guitarra que nosotros conocemos.
3. El “organistrum” es una especie de viola en la que el arco está reemplazado por una rueda que frota las cuerdas por acción de una manibela: las cuerdas se acortan no con los dedos directamente, sino con un teclado. Es el instrumento que hoy se llama “Viola de rueda”, y que pertenece al folclore desde el s. XVII.






Instrumentos de Viento:
1. Guillermo Machaut distingue en el s. XIV dos tipos de flauta: las traversas y “en las que tocas recto cuando soplas”. Pero no parece ser que, en Europa, las flautas fueron rectas hasta el siglo XII. La flauta travesera vendría como entonces, de Oriente. Una pequeña flauta recta llamada flajol, o el flaihutel se tocan en asociación con un tamboril o tabor, por un solo ejecutante, como todavía se practica hoy en Provenza, o en el País Vasco.
2. Los instrumentos con estrangul o boquilla (generalmente de doble lengüeta, como el oboe) están representado por los caramillos, las bombardas (una quinta más graves) y las dulzainas, de tubo más estrecho y timbre velado.
3. Los instrumentos de las familias de los cuernos y de las trompetas son, en general, instrumentos guerreros. El olifant, cuyo uso duró un poco más de dos siglos, es un cuerno tallado en un colmillo de elefante (de donde su nombre, por aproximación fonética). El instrumento que Dante llama trombetta es una pequeña trompa, una pequeña bocina, una trompeta. Las cuatro tubae y la tubecta de plata que se hizo hacer Federico II en Italia (1240) son probablemente instrumentos del mismo tipo, uno y otro inspirado también libremente en la tuba y la buccina latinas.
Desde el s. X se utilizaron igualmente instrumentos cónicos, de cuernos de animal o de madera, provistos de una embocadura de cuerno y perforados por orificios, como el caramillo: son las cornetas, llamados también cornetas con boquillas, del nombre que se llama a su embocadura.




Instrumentos de percusión:
Hasta el Renacimiento los instrumentos de percusión no desempeñaron sino un papel marginal en la música. Antes del s. XII no existían prácticamente, aparte de los juegos de campanas empleados en los monasterios. No obstante, el ornato cotidiano estaba realzado por ruidos diversos, de los que la literatura medieval evoca con frecuencia los aspectos comúnes: matracas de los leprosos, amuletos tintineantes con que se cubrían los héroes y los peregrinos, cencerros, cascabeles, campanas, aldabones de las puertas, etc.
Sólo en los siglos XII y XIII aparecieron en Europa los tambores de dos pieles, con los que se acompañaban sobre todo los que tocaban instrumentos de vientos, y el pequeño tambor sobre un cerco con crótalos (pandereta), que los franceses llaman impropiamente “tambor de vasco”, ya que procede de oriente.

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