jueves, 13 de mayo de 2010

TRIBUNAL DE LAS AGUAS


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El Tribunal de las Aguas de Valencia, conocido también como Tribunal de la Vega de Valencia es un Jurado de Riegos encargado de dirigir los conflictos por el agua de riego entre los agricultores de las Comunidades de Regantes de las acequias que forman parte de él (Cuart, Benàger i Faitanar, Tormos, Mislata, Mestalla, Favara, Rascaña y Rovella). El conjunto de estas acequias forman la denominada Vega de Valencia, sobre la que tiene jurisdicción el Tribunal, que junto a la Acequia Real de Moncada, con jurisdicción aparte, forman la huerta de Valencia.

En septiembre de 2009 es designado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

JUEVES DÍA 13 DE MAYO DEL 2010,MIEMBROS DE LA ASOCIACIÓN CULTURAL VIRGEN DE LA SALUD-JAIME I DE ALCUBLAS ,ASISTIMOS AL TRIBUNAL DE LAS AGUAS EN LA PUERTA DE LOS APOSTOLES DE LA CATEDRAL DE VALENCIA,POCO A POCO VAMOS INVESTIGANDO Y CONOCIENDO LOS PASOS Y HECHOS DEL REY JAIME I.




...testimonio único de una tradición cultural viva: la de la justicia y el gobierno democrático y autogestionario de las aguas por parte de los campesinos andalusíes en el ámbito de las huertas que rodeaban las grandes ciudades de la fachada mediterránea de la Península Ibérica.


FUNCIONAMIENTO

El Tribunal es un tribunal consuetudinario. Está formado por un representante de cada una de las Comunidades de Regantes que forman parte, ocho en total, denominados síndicos, y uno de ellos es elegido presidente por un tiempo indeterminado. Tradicionalmente el presidente ha sido el síndico de Favara o el de Tormos, alternativamente.


(El presidente del tribunal en seguida que tocan las doce campanadas en la torre del Miguelete pega unas palmas y comienzan a salir de la Casa Vestuario,en la Plaza de La Virgen de los Desamparados, los ocho componentes del tribunal más el alguacil que por ser bastante mayor en la fotografia se ve como el presidente le ayuda a bajar los escalones)


Cada jueves del año (excepto festivos y aquellos que van desde Navidad a Reyes) se reúne el Tribunal con sus asesores en la Casa Vestuario de la Plaza de la Virgen de Valencia para discutir diversos asuntos. Pero es a las 12 en punto del mediodía, mientras suenan las campanas del Miguelete, cuando el Tribunal se constituye formalmente en la Puerta de los Apóstoles de la Catedral de Valencia, en la misma plaza. Es entonces cuando el alguacil, con el permiso del presidente, llama a los denunciados de cada una de las acequias, con la tradicional frase: “denunciats de la sèquia de...! ”. El juicio se desarrolla de forma rápida, oral e íntegramente en valenciano. El denunciante, que suele ser el guarda de la acequia a la que pertenece el infractor, expone el caso ante el Tribunal, y después el denunciado se defiende a sí mismo y responde a las preguntas del síndico de la acequia a la que pertenece. Es a continuación cuando el Tribunal, con la excepción del síndico de la acequia en cuestión, decide la culpabilidad o no del denunciado, y en caso afirmativo, es el síndico de la acequia quien impone la pena a pagar por el infractor, de acuerdo con las Ordenanzas de la propia Comunidad de Regantes. Todavía hoy en día la pena se impone en “sueldos”, tal y como se hacía en época medieval, entendiéndose actualmente por “1 sueldo”, el sueldo diario del guarda de la acequia.

Son objeto de la jurisdicción del Tribunal de las Aguas: los mismos miembros del Tribunal, las Comunidades de Regantes, los atandadores, las personas jurídicas (por ejemplo las Cámaras Agrarias), los arrendatarios, los comuneros, los concesionarios de aguas, los regantes, los propios denunciantes y terceras personas. Pueden denunciar delante del Tribunal los síndicos, los elets que forman parte de la junta de cada Comunidad, el guarda (que viene a ser como un fiscal) y terceras personas.
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HISTORIA

Su origen nos es totalmente desconocido, pese a que lo más probable es que sea una evolución, basada en tradiciones andalusíes anteriores. Algunos historiadores como José Vicente Gómez Bayarri situan sus orígenes en la época romana.

La teoría más extendida, pero sin ningún fundamento histórico, se la debemos a Francisco Javier Borrull, defendida en 1813 ante las Cortes de Cádiz para intentar salvarlo de su desaparición. Su hipótesis es que ya existía un antecedente en época romana, pero que su fundación tal y como funciona hoy en día se produjo durante los reinados de los califas Abd al-Rahman III y al-Hakam II, en concreto en el año 960 de nuestra era, sin aclarar de dónde sale la referida fecha. La razón es qué es el único momento en que Borrull ve un momento de paz completa en la península, y por lo tanto deduce que de algún momento de los reinados de estos dos califas tuvo que salir la orden. De hecho, en 1960 se celebró el Milenario del Tribunal de las Aguas, impulsado por Vicente Giner Boira, asesor jurídico del Tribunal en aquel momento, y principal defensor de esta teoría en el siglo XX. Una vez “establecido” para Borrull el origen del Tribunal, se aduce la continuidad en época feudal por el Fuero XXXV del rey Jaime I el Conquistador, de 1239, por el que ordena que las acequias se rigen “segons que antigament és e fo establit e acostumat en temps de sarrahïns”. Además, el origen musulmán se ha venido apoyando en tres detalles: el hecho de que se celebre cada jueves (día anterior al viernes, el cual es festivo para los musulmanes); en el exterior de la catedral (antigua mezquita y ágora de la ciudad en tiempos prerromanos); y que el derecho a hablar se otorga en los juicios por el Presidente, que señala con el pie (al igual que en muchas tribus nómadas del Norte de África cada hombre sabio otorga la palabra al resto de indígenas de su propia tribu).

En realidad no tenemos ningún documento que hable expresamente del Tribunal hasta el siglo XVIII, lo que no quiere decir que no existiera antes. Según los Fueros de Valencia la jurisdicción sobre regadíos la tienen los sequiers de cada Comunidad de Regantes. Sabemos que a principios del siglo XV los sequiers de algunas Comunidades de Regantes de la huerta de Valencia ya convocaban a los denunciados los jueves en la plaza de la Seu, pero esto no demuestra la existencia de un Tribunal constituido. Para Thomas Glick, el origen del Tribunal no sería debido a ningún rey o califa, sino que se trataría de una institución de muy larga evolución. Si no tenemos documentación sobre su existencia es porque no tenía un status legal, y como institución jurídica no tenía ninguna importancia, puesto que la jurisdicción era de los sequiers. Parece lógico pensar que el objetivo de la reunión conjunta de los sequiers no era tanto el juicio en sí, tal y como se hace hoy en día, sino la consulta entre ellos como máximos conocedores de la realidad de la huerta de Valencia. Es muy probable también que el paso para convertirse de una reunión de sequiers en un Tribunal tal y como lo entendemos hoy en día se produjera precisamente en los mismos años en que Borrull defendía su permanencia en las Cortes de Cádiz, con el objetivo de adecuarlo a la jurisdicción del Estado Liberal.

Es interesante la descripción del funcionamiento del Tribunal en el siglo XIX que hace Vicente Blasco Ibáñez en su novela La Barraca.





En septiembre de 1975, tuvo lugar en Valencia la Conferencia Internacional sobre los Sistemas de Derecho de Aguas en el Mundo, promovida por Naciones Unidas, con la asistencia de doscientos representantes de 36 países de los cinco continentes. Las conclusiones adoptadas, fueron ajustadas y confirmadas en 1976, en Caracas, y sirvieron de temario o borrador para la reunión que en marzo de 1977 convocaron las propias Naciones Unidas, en la ciudad de Mar del Plata de Argentina, a la que acudieron 6.000 representantes de 138 países, y en la que se aprobó la que podríamos llamar “Carta Magna del Agua en el mundo”.

Los tiempos cambian, y el Tribunal de las Aguas de Valencia no tiene hoy la importancia que ha tenido históricamente. Cuando en 1950 entró en funcionamiento el pantano de Benagéber, que regula los caudales del río Turia, el Tribunal ya perdió parte de su importancia con la mengua del número de pleitos que se derivaban de la falta de agua. Sin embargo su función jurisdiccional está plénamente vigente, además de expresamente reconocida por la legislación, y el hecho de que se constituya cada jueves y el respeto que hacia el mismo tienen todos los regantes es garantía de pervivencia en el futuro.

2 comentarios:

  1. ¿Qué que piazó comentario!
    Que curre, bien documentado, con buenas fotografias y lo más importante, desplazarse sólo con el fin de hacer el reportaje, desde Alcublas a Valencia y luego subir las rochas para informar al personal.
    Digno de alabar, ya que las miembras que asistierón al Tribunal, son madres responsables con obligaciones y a las 2 tenian que tener la comida en la mesa, y además no cobran, ni paro, ni salario, es más tendrán que apretar el cinturón el resto del año.
    Felicidades por vuestra labor.

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  2. Siempre lo he dicho “hace mas el que quiere que el que puede”este articulo es el sentir de unas personas que con escasos medios ,trabajan para que la gente de nuestro pueblo se pueda documentar con temas como estos.
    Ahora comprendo mas porque los valencianos siempre le han dado un valor incalculable al tema del agua,y porque ahora actualmente este en defensa de nuestros intereses nuestros representantes políticos(bueno algunos no).Bueno siempre nos quedara la esperanza que cambien por el bien común de los valencianos.
    Un 10 por el articulo .

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